sábado, 30 de julio de 2011

Carta de presentación


No, no ha llegado el mail común
Esto puede ser el mail común
He ido dejándolo pasar, como atrasando cinco minutos más el despertador, para comenzar este blog
En Madrid no dedico ese tiempo suficiente, y quizás necesario, para pensar sobre lo que hago y lo que quiero. Soy una especie de robot con horarios y despertador. Soy feliz, pero falta algo.
Por eso siempre me ha dado pereza o miedo(o las dos) escribir. Esto debe venir desde hace tiempo; recuerdo que Daniela y yo compensábamos nuestros puntos débiles: Yo me encargaba de hacer los ejercicios de mates y ella los resúmenes de filosofía.
Y ahora ha llegado la “calma”, las vacaciones, el “premio que tenía de postre tras este año loco y stresante: volver a Buenos Aires y vivir con Zach por un tiempo una vida normal, un día a día fuera del exotismo de la Gypsy Train.
He de confesar que me cuesta tener tiempo libre y que incluso, a veces, me asusta. Quizás por eso he tapado la necesidad de esto. Qué rápido se pasa el tiempo
Pero aquí estoy y, al estilo de los videodiarios de Javo, voy a hacer  un pupurrí de mi yo en Buenos Aires a través de fotos, textos y lo que se me vaya ocurriendo .A raíz de esa calma me he propuesto trabajar con diapositiva así que, como ser cambiante, deambulo por el barrio y la ciudad conociendo y curioseando cosas que documentar.
A ver que sale

Con amor, Marta

“..Detrás de toda acción había una protesta, porque todo hacer significa salir de para llegar a, o mover algo para que estuviera aquí y no allí , o entrar en esa casa en vez de no entrar o entrar en la de al lado, es decir que en todo acto había la admisión de una carencia de algo no hecho todavía y que era posible hacer, la protesta tácita frente a la continua evidencia de la falta, de la merma, de la parvedad del presente. …Valía más renunciar a la acción porque el hecho de la renuncia a la acción era la protesta misma y no su máscara.”
Rayuela, Julio Cortázar